En Julio del año pasado fuimos a cenar al LIBERTY KITCHEN, restaurante de comida tradicional americana. A mi no me gustan las hamburguesas, pero mi marido es un enamorado de casi todo lo que huela a USA, así que reservé para darle la sorpresa.
LOCAL & AMBIENTE
Al entrar da muy buena sensación el local, pequeño, íntimo, con la luz perfecta y muy buena decoración. Que nadie se espere decoración de bar americano de carretera años 50. A mejorar quizá la temperatura, pues yo que soy friolera tenía calor, y mi pareja pasó algo de agobio por los calores (estábamos en la mesa más cercana a la cocina).
SERVICIO
Nada más sentarnos nos dan la carta de bebidas (la comida se elige de una pizarra de la pared) y nos ofrecen unas «olivitas». Esto llama la atención por el hecho de que nos habían dicho que era comida típica americana, y no me cuadran esas aceitunas (que después comprobamos que están en la pizarra y se cobran, aunque por la forma de ofrecerlas parecía un detalle de la casa).
La carta la publican en una pizarra que tienen fuera del local, y otra dentro, y es bastante corta, lo cual resulta un poco incómodo para los que vemos lo justito de lejos, y tenemos que levantarnos para saber qué pedir, y si encima no eres de comer de todo, te puedes encontrar con que reservas con varios días de antelación y resulta que no te gusta nada de lo que hay en la carta ese día, como ha sido mi caso. Esta claro que la fórmula les funciona bien, y no creo que les pase a menudo que vaya gente que no le gusté ninguno de los platos, pero sería un detalle que aunque vayan variando los platos tengan algunos fijos y que sobretodo puedas ver la carta en la mesa, aunque sea en un simple folio.
COMIDA
Pedimos Chicken finguers con salsa de miel y mostaza (4uds./6€) y la hamburguesa Liberty con bacon, salsa mil islas, cheddar, tomate raff y lechuga (9€). De postre tarta de queso con arándanos (4€). Los tres platos se notan que son caseros, bien preparados, y sin descuidar demasiado la presentación.
Por curiosidad preguntamos el peso de carne de la hamburguesa y la camarera nos dijo que creía que eran 170grs (luego vimos en la pizzarra que indicaba 180grs). Cuando sirvieron los platos lo primero que dijo mi pareja era que donde estaban sus patatas, pero cuando se la consiguió acabar ya no las echaba de menos, pues la hamburguesa engaña de tamaño, y llena bastante.
La atención fue buena, la comida estaba muy sabrosa (menos las aceitunas) y la relación calidad precio mejor aún. Según mi pareja ha sido una de las mejores hamburguesas que ha comido, a pesar de que se la comió con cuchillo y tenedor para no desentonar con el resto de mesas (había bastantes extranjeros y todos comían la hamburguesa con cubiertos…).
En general ha sido una experiencia muy buena, a pesar de que no me gustara especialmente nada de la carta, y seguro que repetimos más de una vez.
HORARIO
Ahora mismo su horario es poco habitual para un restaurante, abren de lunes a viernes de 13:00-16:00 y de 19:00-23:00. Cierran los fines de semana. No es el típico horario, pero me alegro por los que trabajan allí 😀
DONDE ENCONTRARLOCalle Poeta Quintana, 70 – Alicante |