LOCAL & AMBIENTE
Se entra al restaurante a través de la terraza con unas espectaculares vistas al mar y además el local dispone en el interior de tres ambientes, uno a la entrada más informal, un pequeño saloncito en un lateral y una sala grande en el primer piso. Nosotros escogimos la salita más pequeña, pues en anteriores ocasiones habíamos estado en la planta de arriba y al ser tan grande suele haber más ruido con mesas grandes de familias enteras reunidas… nos apetecía disfrutar de la comida con algo de relax.
Las mesas vestidas con mantel y las sillas bastante cómodas, de las que invitan a hacer sobremesa. La decoración es moderna pero elegante y con un aire clásico, lo que resulta en un ambiente muy agradable.
SERVICIO
Nada más llegar, preguntamos al camarero que estaba en la entrada de la terraza por nuestra reserva, y su respuesta fue: No hay reserva a ese nombre… Al insistirle que sí habíamos reservado nos indica con bastante malos modos que preguntemos dentro, pues al parecer tienen dos listas de reservas, aunque no le pareció conveniente informarnos de este hecho desde el principio.
La camarera que nos atendió en mesa fue bastante seca, y eso que yo no acostumbro a necesitar demasiadas florituras en el trato, con que hubiese sido un poco agradable ya me hubiese parecido bien. Al llegar le indicamos que llegábamos pronto (la reserva era a las 14:15hs y llegamos a las 13:55hs) y que faltaban dos personas y nos puso mala cara, le indicamos que la reserva era para 5 pero que finalmente solo seríamos 4 y por su cara tampoco le debió parecer bien, le pedí que si podía servirme la cocacola con rodaja de naranja y también puso caras raras, y así durante toda la comida. Al parecer estaba demasiado ocupada dedicándole todas sus sonrisas y atenciones especiales a la mesa de 3 chicos que teníamos al lado que en atendernos adecuadamente a nosotros.
Por si la actitud seca no fuera suficiente, tuvimos que pedirle varias veces que trajera aceite para el pan (el que había traído a la mesa sin pedirlo nosotros) hasta conseguir nuestro objetivo cuando ya estaban llegando los primeros entrantes. Y como tardaban bastante en traer el arroz le pedimos que nos trajera otra ración de alcachofas para la espera… y no tuvo el detalle de avisarnos que el arroz lo iba a sacar en unos dos minutos, que fue el tiempo que tardó en llegar hasta la cocina, pedir las alcachofas y sacar nuestro arroz.
Al pedir la cuenta no hubo ningún tipo de ofrecimiento de licor, lo cual resulta extraño cuando a las dos mesas que nos rodeaban, y que habían pedido mucho menos que nosotros, sí que les habían traído botella que dejaron en la mesa, sin que los comensales la hubieran pedido (la mesa de los chicos incluso le dijo a la camarera que no lo habían pedido, y nuestra amable camarera les informó que era invitación de la casa). No es que espere que se me invite a un licor después de cada comida, sobretodo porque no tomo alcohol y cuando me lo ofrecen siempre lo rechazo, pero sí que espero que como mínimo se me trate igual de bien que a las mesas que me rodean, y más cuando la cuenta sale a casi 45€ por persona.
COMIDA
Al llegar, y para esperar a la pareja que faltaba, pedimos una cocacola (2,50€) y un Martini blanco (3€). Le preguntamos a la camarera si podía traer algo para acompañar, y nos trajo unas aceitunas sevillanas (2,20€). Que cobren la cocacola de 200ml. casi al mismo precio que el Martini ya te da una idea de los precios que vas a tener en este establecimiento, aunque es evidente que las espectaculares vistas también se incluyen en el precio.
Al llegar el resto de comensales nos sirven una cesta con pan (sin pedirlo) y pedimos de entrantes para cuatro personas:
– Ensaladilla Rusa. Eramos 4 personas y la ración se quedó muy muy muy corta, a pesar de que por su precio de 5,90€ podíamos esperar que la ración fuese bastante generosa. De sabor nada especial que destacar, acompañada con 6 picos de los de toda la vida.
– Láminas de alcachofa a la romana. Al pedir este plato pregunté a la camarera si las alcachofas las hacían en láminas finitas, su contestación fue que sí, y el resultado lo podéis ver en la foto: venían en trozos bastante grandes. Dejando de lado lo que entendemos cada uno por láminas finitas de alcachofa, y que a mi no me gustan especialmente las verduras, a pesar de que estas eran muy tiernas, venían rebozadas con ajo, lo que les mataba totalmente el sabor. El precio fue 6,50€ que por la cantidad que venía puede estar bien, si te gusta el sabor a ajo y los trozos grandes.
– Calamares a la Romana. A los calamares en mi opinión les fallaba el rebozado, que rascaba bastante y tenía un regusto quemado, que no dejaba apreciar el sabor y la textura del propio calamar.
De plato principal pedimos cuatro raciones de Arroz caldoso con bogavante. Estaba bueno, pero por ese precio se espera que lo que te sirvan sea espectacular. Hemos probado este mismo plato en otros sitios y el sabor estaba mucho mejor conseguido. Para no mejorar, nos trajeron (al pedirlos) cubiertos para poder abrir el bogavante, y de las cuatro pinzas 2 estaban completamente abiertas y eran inservibles. Lo bueno a destacar es que había bastante cantidad, resultaban unos dos/tres platos por persona. Podríamos haber pedido para 3 y no hubiésemos pasado hambre. El precio por cada ración fue 21,90€.
Y para finalizar, pedimos de postre un Sorbete de limón al cava y un Coulant de chocolate con helado. Quien tomó el sorbete casi no se lo pudo acabar y eso que era casi un chupito largo más que un sorbete en condiciones, pues sólo sabía a cava malo, por lo que con un precio de 4,90€ se puede recomendar con toda tranquilidad no pedirlo. El Coulant en cambio estaba muy bueno de sabor y textura, acompañado de helado y nata, aunque su precio nuevamente era por encima de la media: 6,50€.
Un detalle que no me gusta, aunque es un detalle sin importancia si el resto de la comida transcurre sin incidentes, es que desde que existe Cocacola de 350ml casi me siento insultada cuando me la sirven de 200ml. y más cuando la cobran a un precio bastante elevado.
En este caso la sorpresa desagradable llegó con la cuenta, pues cobraron 5 raciones de pan que no habíamos pedido y que por ninguna parte de la carta indicaba que lo cobrasen. Era una cesta con unos 5 trozos de pan bastante normalitos y unos cuantos picos. La reserva de la mesa la hicimos para cinco personas, pero finalmente solo pudimos acudir cuatro personas y la mesa en la que nos pusieron era de cuatro, por lo que es del todo incomprensible que cobren 5 raciones de pan, cuando tan siquiera lo habíamos pedido y no se informaba por ninguna parte que lo fueran a cobrar. En una cuenta de 175,50€ para cuatro personas resulta bastante insultante recibir un trato seco y que cobren hasta lo que traen sin haberse pedido.
No acostumbro a hacer críticas negativas, pero no es la primera vez que nos quedamos con mala sensación al final en este sitio. Al restaurante fuimos porque le gusta a mi suegra, pero yo personalmente creo que por el precio que tienen deberían ofrecer mucho más que unas vistas, porque sin estar mala la comida ni habernos tratado especialmente mal, ni la calidad de la comida ni el servicio recibido se corresponden en mi opinión con lo que finalmente pagamos.
DONDE ENCONTRARLOCalle Severo Ochoa, 2 |
Pues todo lo que leído últimamente sobre este sitio es entre regular o malo…. la verdad es que la terraza atrae pero seguiré conteniendome, son precios para no hacer experimentos.
Muchas gracias por pasarte por mi blog Fernando, es un honor! Precisamente el precio es lo que hace que sea mucho más exigente cuando voy a un local. A mayor precio, evidentemente espero que ademas del ambiente y la comida la atención sea buena. Lástima que un sitio con tanta fama no cuiden más el tema de la atención al público, porque la comida estaba bien, y el local es espectacular.