LOCAL & AMBIENTE
En un local con paredes de piedra, han logrado una decoración moderna, de lineas rectas y depuradas, destacando algunas zonas de la pared con revestimiento de gris oscuro, lo que transmite tranquilidad y relax.
Mesas grandes y robustas con base de madera clara y pie central, vestidas con manteles individuales en contraste. La cristalería en mesa destaca con vasos verdes que llaman la atención, pero que mantiene la linea relajante del local. Sillas de tapizado claro mezcladas con bancos forrados muy confortables. En resumen, una decoración perfecta para disfrutar relajadamente de una comida o cena larga…tal y como se definen en su web «…harmonía gourmet en estado puro tanto en sus sabores como en sus paredes»
SERVICIO
Las dos camareras que sirvieron la comida atendieron inmediatamente cada una de nuestras solicitudes, y se mostraron en todo momento amables y correctas.
Al llegar tomaron nota de las bebidas, sirvieron en mesa un mix de frutos secos de cortesía y nos trajeron la carta para que la fuéramos ojeando mientras esperábamos la llegada del resto de comensales.
A la hora de hacer la comanda, hicieron las recomendaciones oportunas, sin que resultara pesado, tal y como se espera de un restaurante de esta categoría.
Se llevó a cabo cambio de plato y cubiertos de todos los comensales entre cada uno de los platos de los entrantes, y por supuesto también para el plato principal. Los platos salieron respetando los tiempos justos, sin necesidad de esperar más que el momentito en el que hacían el cambio de plato, y en ningún momento tuvimos que estar pendientes de las camareras, lo que en mi opinión resume un atención perfecta.
Este servicio y el ambiente justifican totalmente en mi opinión que el establecimiento cobre en la cuenta el concepto de «servicio» a 1,90€ por comensal. Me parece mucho más elegante cobrar un «servicio especial» que prestas que cobrar «el pan que no has pedido» como es habitual en muchos sitios de España.
COMIDA
De aperitivo pedimos una cocacola, un Martini Blanco, un Miró Rojo Reserva y un vino Manzanilla, y sirvieron de detalle de la casa un mix de frutos secos. Antes de pedir los platos nos trajeron una cesta de pan y sirvieron Aceite de Oliva Virgen Extra de la variedad Piñonera, el Calvestra Esencia de la Bodega valenciana Mustiguillo. Este aceite ha resultado ser todo una sorpresa, con un sabor amargo intenso y un ligero toque picante al final se queda en boca durante largo rato… indescriptiblemente bueno… Nosotros que no somos de comer pan con la comida (a no ser que tarden en salir los platos) nos vimos obligados a pedir más pan para mojar ese maravilloso aceite.
De la carta pedimos de entrantes para cuatro personas:
– Tartar de salmón salvaje de Alaska con aguacate, alga wakame y hueva de Ikura. Salmón cortado a cuchillo, con huevas muy grandes y con mucho sabor, acompañadas de algas y sésamo blanco y negro. En mi opinión y también la del resto que lo comieron le sobraba el sésamo, pues aunque le daba un toque crujiente original, también enmascaraba un poco el sabor del salmón y resultaba demasiado amargo. Es un plato fresco e ideal para sustituir a una ensalada al inicio de la comida. 11,75€
– Maccheroncini salteados sobre suquet de marisco y zamburiñas al natural. Sirven unos espaguettis muy finos sobre una cama de salsa de marisco de sabor suave pero intenso y coronados por tres zamburiñas. Indica en la carta que es un plato individual, pero dio de sobras para que los cuatro lo probásemos, aunque por lo bueno que estaba hubiésemos pedido alguno más. El precio a mi parecer se queda casi corto, por la cantidad y calidad del plato. A 6,50€ resulta 100% recomendable
– Huevos rotos con patatas al romero, lascas de jamón y padroncitos. Con lo espectaculares y originales que eran todos los platos que pedimos, éste era el que menos destacó durante la comida, aunque el jamón era de primerísima calidad y los huevos y patatas estaban perfectos. 12,75€.
De plato principal para cada uno (aunque yo probé de casi todos):
– Solomillo de ternera a la parrilla con guiso de cebolla rallada y foie. Este fue el plato individual que elegí yo, y a pesar de que el resto de platos eran excelentes, el mio fue sin dudarlo de los mejores platos de solomillo de ternera que he comido en mi vida. En su punto justo de parrilla («al punto» lo pedí, y dieron en el clavo), con un acompañamiento de foie a la plancha que le daba un sabor perfecto, y entremedias la cebolla pochada rallada muy fina que le daba el toque de dulzor justo y necesario. Para mi un 10/10, y eso que soy muuuuyyyyy exigente a la hora de dar esa nota. Por cantidad no habría problema si hubiese compartido el plato con otra persona, por lo que teniendo en cuenta calidad y cantidad el precio de 22,75€ que inicialmente puede parecer elevado en carta, queda totalmente justificado.
– Romsteak de carne de Wagyu con mostaza y crustillant de frutos secos. Kobe es la población de Japón de donde es originaria la raza bovina llamada Wagyu, la cual se diferencia del resto por el trato extremadamente delicado y cuidado que se le ofrece para, producir la que dicen es la mejor carne del mundo. En la práctica es complicado para los consumidores saber si te están poniendo Wagyu japonés, español, mezclado o vete tú a saber. Lo que sí puedo decir con seguridad es que el plato estaba buenísimo, con la carne que se deshacía en la boca casi sin masticar de lo tierna que estaba, que la salsa de mostaza ensalzaba el sabor de la carne y los frutos secos le aportaban un toque crujiente muy agradable. Eso sí, si tengo que elegir me quedo con el que pedí yo. 23,75€
– Chuletitas de cordero lechal con ajos tiernos y patatas a lo pobre. Sirven las chuletitas fritas, que se pidieron muy hechas y aún así estaban crujientes por fuera y tiernas por dentro. 21,50€
– Medallones de atún rojo de Balfegó sobre col salteada y su jugo a la naranja. Este fue el único plato que no probé, pero en opinión de los que lo probaron en nuestra mesa fue que era de un sabor y textura excelente. Estaba sellado lo justo por fuera y muy tierno. Una buena opción para los que le guste el pescado estilo Tataki. 22,75€
Para beber pedimos Agua y una botella de Vino Gessami Blanco, con dos cafés y un orujo para finalizar la comida. No pudimos pedir postre, pues en contra de la creencia de que en este tipo de restaurantes se sale con hambre, no fue para nada el caso, estábamos más que satisfechos y no podíamos comer nada más, a pesar de que soy gran fan de las Lágrimas de Chocolate desde hace muchos años, cuando todavía estaba el César Anca en el Bulevar Fnac.
El detalle de la cuenta para cuatro personas fue de 7,60€ el servicio, 121,75€ la comida y 25,35€ las bebidas (invitaron a los cafés y el orujo). Total 154,70€ (38,67€ por comensal).
Como siempre, debo agradecer que el IVA viniera incluido en los precios de la carta, y que no se cobrase el pan. Lo único que puedo poner a mejorar es que la Cocacola fuera de 200cl…
Nos quedamos con ganas de probar el huevo a 60º, así que tenemos la excusa perfecta para repetir pronto, e intentaremos que sea a probar uno de sus menús de mediodía.
HORARIO
Cierran Lunes. El resto de días abren mediodía y noche.
Tienen dos Menús entre semana por 30€ (Menú Estrecho) y 35€ (Menú Largo) que ofrecen de martes a viernes medio día.
DONDE ENCONTRARLOCalle del Cid, 11 – Alicante |